(Continuación de La flor más delicada, parte III)
No puedo esperar más, no puedo contener más el fervor primario que se agita en mi interior, ni engañarle con falsas promesas que suenan vacías mientras las pronuncio en mi mente. Quiero hacerte mía, como nadie lo ha hecho jamás. Apartando los restos de ropa me uno a ti y poso mis labios en tu delicado cuello de cisne.Te agitas gimiendo levemente, tan extasiada que apenas puedes emitir sonido alguno. Mordisqueo tu cuello y, dejándome llevar por el delirio, clavo mis dientes en él.
Te bebo. Te bebo. Te bebo. ¿Por qué no te mueves?
¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
La carne de la más delicada flor entre mis labios se quebró y el jugo de su alma se escurrió por mi barbilla.
7 comentarios:
No te he abandonado. Estaré siempre ahí. Cuando la lujuria te vuelva a dominar. Cuando la sed de placer sea más fuerte que tu miedo a perderme.
Y no me iré. Mi piel estará en cada nueva mano que atrapes, mi pecho se agitará cada vez que me abraces contra ti, y mi voz... Mi voz se desgarrará igual que aquella flor.
La flor más delicada. Aquella cuya carne se quebró entre tus labios, otra vez más. Y de la que su jugo nunca conseguirá saciarte.
Bueno, tengo que decir que en las cuatro partes de este relato me acabo perdiendo un poco, creí tenerlo en las otras tres, pero me desconciertas ¡no serás tan cafre que has matado también a la pobre chica aquí!
De todos modos, cuando te leo estas cosas no puedo pensar más que en orgasmos (será por lo de hablar de jugos y de gemir levemente).
Ala, y otro beso aquí también. Adoro lo intenso que eres :*
Bueno, ella tenía que morir, porque el Malkavian estaba tan embelesado con su belleza que no supo escuchar cuándo el tambor de vida dejaba de tañer.
Es lo malo del Amor. Tan embelesados observamos la belleza - no siempre física - de nuestra contrapartida que olvidamos que tenemos que mantenerla viva.
La belleza,no siempre física, no muere, tan solo se marchita. No hay juventud que cien años dure y solo quedan rescoldos de los recuerdos que no puede llevarse nadie en la maleta escondidos dentro del bolsillo que guarda las emociones. Creo que te equivocas Isilion, pero escribes bien así que volveré algún día.
Me retracto, pues. Digamos que no se muere y que, en su lugar, se marchita.
¿Quién quiere estar al lado de una belleza marchita, tratando de acolchar su vista con los recuerdos de su otrora primorosa gracia?
Debemos pues, intentar mantenerla lozana.
Entonces, mátala y pasará a ser una Blancanieves inerte pero hermosa dentro de una féretro de cristal. Tú también te marchitarás un día ¿morirás en ese momento para evitar que alguien no desee estar a tu lado? Me has hecho volver demasiado pronto Isilion,ahora observaré en silencio cómo imaginas Finales Infelices.
Por lo poco que te conozco, el final no podía ser otro... a ver si no tardas mucho en empezar una nueva historia.
Besos!!
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